Casas Houzz: La vivienda mediterránea que le hubiera gustado a Sorolla
Esta espectacular casa en un acantilado, obra de Ramón Esteve, está pensada para poder contemplar el mar desde cualquiera de sus espacios.
Situada en un enclave de gran belleza y valor paisajístico, frente al Mar Mediterráneo, la Casa Sardinera de Ramón Esteve es un lugar ideal para el relax y la contemplación del entorno. Descansa sobre una ladera, flanqueada por una lengua de tierra que desemboca sobre una cala de agua turquesa; un emplazamiento único que ha condicionado por completo el planteamiento inicial del proyecto, basado en aprovechar y potenciar las vistas. Su singular arquitectura ayuda a dibujar una nueva silueta del paisaje. En palabras del arquitecto, “la idea del proyecto era la de fragmentar el horizonte mediante una serie de planos verticales dispuestos de manera que comprimen y dilatan las visuales, permitiendo que desde cualquier punto de la casa esté presente el mar. Para que esa idea se materializara con claridad, era importante que los planos verticales de la casa fueran limpios y que los horizontales voladizos se apoyaran en ellos, dando la sensación de que simplemente los tocan”.
De un vistazo
Quién vive aquí: Unos amigos del arquitecto
Superficie: 1.285 metros cuadrados
Localización: Jávea, Alicante
Fotografía: Mariela Apollonio, Ramón Esteve y Juan M.Ruano
De un vistazo
Quién vive aquí: Unos amigos del arquitecto
Superficie: 1.285 metros cuadrados
Localización: Jávea, Alicante
Fotografía: Mariela Apollonio, Ramón Esteve y Juan M.Ruano
La gran terraza exterior, volcada al mar, es quizá la zona más destacada de la vivienda. “El espacio exterior se concibe como una continuidad de la arquitectura. El jardín presenta varias zonas de carácter muy diverso. Se trata la singularidad de cada parte del exterior sin perder la idea de jardín homogéneo, mediterráneo y autóctono. La zona de acceso, plana y soleada, cuenta con unos olivos de grandes troncos anudados que dotan la entrada a la vivienda de carácter”, explica el arquitecto.
La residencia es “un conjunto de muros de hormigón blanco que se disparan en diferentes direcciones, comprimiendo y expandiendo las vistas, generando múltiples escenas”.
La fachada que da al mar, totalmente acristalada, es transparente para integrar el paisaje en los interiores. Esto se hace mediante grandes paños de vidrio que juegan de forma geométrica entre los planos verticales de hormigón. Dichos planos quedan acotados por largos voladizos horizontales que se extienden buscando el mar, generando porches que delimitan el extenso espacio de la terraza.
El arquitecto valenciano remarca un aspecto importante de estos voladizos: “Por su sistema constructivo, no se apoyan en los muros, sino que se encajan entre ellos, aumentando la tensión visual y creando sensaciones contradictorias entre masividad y liviandad.”
La fachada que da al mar, totalmente acristalada, es transparente para integrar el paisaje en los interiores. Esto se hace mediante grandes paños de vidrio que juegan de forma geométrica entre los planos verticales de hormigón. Dichos planos quedan acotados por largos voladizos horizontales que se extienden buscando el mar, generando porches que delimitan el extenso espacio de la terraza.
El arquitecto valenciano remarca un aspecto importante de estos voladizos: “Por su sistema constructivo, no se apoyan en los muros, sino que se encajan entre ellos, aumentando la tensión visual y creando sensaciones contradictorias entre masividad y liviandad.”
En el hormigón se aprecian las texturas producidas por la huella de los encofrados de madera, entablando un lenguaje de continuidad y armonía con la propia madera velada en blanco, utilizada en lamas, techos y mobiliario. Los muros de mampostería de piedra del lugar forman la base sobre la que emergen los volúmenes de hormigón blanco, sirviendo de enlace con el terreno.
“El gran reto ha sido construir con hormigón blanco visto, siendo este estructural y estando presente tanto en el interior como en el exterior de la casa. En la gran mayoría de la vivienda, los muros de hormigón están dispuestos como dos volúmenes que albergan en su interior el aislamiento térmico. Dispusimos incluso muros de siete metros de alto construidos de una pieza in situ para que no aparecieran las juntas. De lo que más orgulloso me siento, además de la serenidad que transmite el proyecto, es que, en todo momento, la casa refleja su proceso constructivo y cómo trabaja estructuralmente“, aclara el autor del proyecto.
“El gran reto ha sido construir con hormigón blanco visto, siendo este estructural y estando presente tanto en el interior como en el exterior de la casa. En la gran mayoría de la vivienda, los muros de hormigón están dispuestos como dos volúmenes que albergan en su interior el aislamiento térmico. Dispusimos incluso muros de siete metros de alto construidos de una pieza in situ para que no aparecieran las juntas. De lo que más orgulloso me siento, además de la serenidad que transmite el proyecto, es que, en todo momento, la casa refleja su proceso constructivo y cómo trabaja estructuralmente“, aclara el autor del proyecto.
La casa ofrece una imagen contrapuesta en sus dos fachadas longitudinales. La de acceso, más hermética y opaca, se protege mediante un sistema de lamas orientables y motorizadas de madera de accoya blanqueada. A la vez que se protege del sol, se veta la visibilidad desde la calle.
Sin embargo, la fachada este es mucho más permeable y transparente. Los planos verticales de hormigón se cierran mediante grandes paños de vidrio, que quedan resguardados gracias a los voladizos y a unas sinuosas cortinas textiles que aportan un carácter mediterráneo y etéreo.
Sin embargo, la fachada este es mucho más permeable y transparente. Los planos verticales de hormigón se cierran mediante grandes paños de vidrio, que quedan resguardados gracias a los voladizos y a unas sinuosas cortinas textiles que aportan un carácter mediterráneo y etéreo.
“El acceso se realiza a través de un volumen a doble altura, cuyos muros laterales focalizan la vista hacia el mar, ofreciendo el primer contacto del visitante con el horizonte. En planta baja se disponen las estancias de día, formando parte de un conjunto continuo, articulado por los muros de hormigón blanco. En los espacios intermedios resultantes se introducen elementos vegetales que trasladan el jardín al interior de la casa. Cada estancia cuenta con un porche abierto al horizonte”, explican desde el estudio de Esteve.
Toda la iluminación de la vivienda se realiza con LED regulable y está integrada en la arquitectura. En el exterior se disponen unas líneas de luz que prolongan de manera imaginaria los muros que conforman la casa.
10 luminarias que te sorprenderan para el jardin o la terraza
Toda la iluminación de la vivienda se realiza con LED regulable y está integrada en la arquitectura. En el exterior se disponen unas líneas de luz que prolongan de manera imaginaria los muros que conforman la casa.
10 luminarias que te sorprenderan para el jardin o la terraza
Las vistas hacia el exterior quedan enmarcadas entre los planos de arquitectura y el agua de la piscina, recortada hacia el horizonte. El Mediterráneo es el gran protagonista.
“Yo he nacido en el Mediterráneo. Vivo en el Mediterráneo y es por lo tanto el entorno cultural en el que me desenvuelvo con mayor naturalidad. Mi arquitectura es, por supuesto, contemporánea y en este caso, dado el emplazamiento de la casa, también mediterránea. Sin embargo, si construyo una casa en un entorno cultural distinto busco elementos de enlace característicos de este como punto de partida. Siempre me ha fascinado la forma de implantarse sobre el terreno mediante una plataforma desde la que se pueda observar el mar. Esto es algo que tiene su origen en la acrópolis de Atenas. Es impresionante cómo la geometría del Panteón emerge sobre la orografía abrupta de la montaña. En esta casa hay un basamento creado por un aterrazado de muros de mampostería que ascienden por la pendiente y sirven de podio sobre el que se asientan los volúmenes de la vivienda”, dice Esteve.
“Yo he nacido en el Mediterráneo. Vivo en el Mediterráneo y es por lo tanto el entorno cultural en el que me desenvuelvo con mayor naturalidad. Mi arquitectura es, por supuesto, contemporánea y en este caso, dado el emplazamiento de la casa, también mediterránea. Sin embargo, si construyo una casa en un entorno cultural distinto busco elementos de enlace característicos de este como punto de partida. Siempre me ha fascinado la forma de implantarse sobre el terreno mediante una plataforma desde la que se pueda observar el mar. Esto es algo que tiene su origen en la acrópolis de Atenas. Es impresionante cómo la geometría del Panteón emerge sobre la orografía abrupta de la montaña. En esta casa hay un basamento creado por un aterrazado de muros de mampostería que ascienden por la pendiente y sirven de podio sobre el que se asientan los volúmenes de la vivienda”, dice Esteve.
Carácter tectónico. La vivienda tiene un fuerte carácter tectónico gracias a la expresividad de los materiales empleados. Se ha conseguido que las texturas del hormigón blanco entablillado y de la madera blanqueada se asemejen tanto que en ocasiones llegan a mimetizarse.
“Conseguí reflejar en el proyecto la esencia mediterránea mediante la forma de trabajar la materia y la luz. La materia con sus texturas rústicas de hormigón, piedra, madera y vidrio extra claro unificados por el color blanco y, por otro lado, la luz tamizada, filtrada, reflejada y omnipresente sobre ese continuo blanco”, apunta el arquitecto.
“Conseguí reflejar en el proyecto la esencia mediterránea mediante la forma de trabajar la materia y la luz. La materia con sus texturas rústicas de hormigón, piedra, madera y vidrio extra claro unificados por el color blanco y, por otro lado, la luz tamizada, filtrada, reflejada y omnipresente sobre ese continuo blanco”, apunta el arquitecto.
Enmarcar las vistas. El salón adquiere un protagonismo y una dimensión singular gracias a una esquina de vidrio de seis metros de altura que enmarca las mejores vistas al mar. Y es que a lo largo de toda la casa se generan múltiples espacios desde donde contemplar el Mediterráneo, tanto desde cada una de sus estancias interiores como de sus espacios exteriores.
El interiorismo es también obra de Ramón Esteve. Su estudio ha realizado mobiliario a medida como la mesa del comedor, la de exterior o la estantería de vidrio y madera. La cocina se ha hecho en colaboración con Bulthaup y la encimera de los baños – diseñada por el propio Esteve– con Porcelanosa. En cuanto a firmas de diseño, han recurrido a piezas de Jaime Hayón, Achille Castiglioni (Flos), Angelo Lelli (Arredoluce) o diseños del propio Esteve para Vondom. También están presentes piezas de Paola Lenti y B&B Italia.
El pavimento de la vivienda es de microcemento, en un tono blanco roto, continuo tanto en el interior como el exterior. Toda la madera empleada es Accoya blanqueada.
La cocina se articula alrededor de una impresionante isla central, con plano de preparación y zona de aguas a la que se adhiere una gran mesa de madera, de líneas arquitectónicas. Es un diseño del autor del proyecto en colaboración con la firma Bulthaup.
Abriendo las esquinas. “En cada uno de los volúmenes de la primera planta se ubica un dormitorio. En lugar de ofrecer vistas frontales acotadas por los muros, se ha decidido generar esquinas de vidrio que logran visuales panorámicas mucho más interesantes. Cada habitación cuenta con un pequeño balcón de vidrio a modo de mirador, retirado del perímetro del voladizo, con el fin de reforzar la potencia visual de los planos horizontales”, nos cuenta Ramón Esteve.
Las grandes bancadas suspendidas de los baños son de piedra natural de L’Antic Colonial, diseñadas por Esteve. Aquí todo está integrado, incluso la iluminación artificial que parece emerger de los muros.
Una escultura funcional. “La escalera se trata como un elemento escultural. A través de unos peldaños de vidrio translúcido se deja ver el mar. Por la noche, los escalones se iluminan y actúan como lámpara. La barandilla es un plano inclinado que sigue el concepto de los muros generadores de la arquitectura”, nos describen desde el estudio.
Barandillas de cristal dejan pasar la luz sin problemas por pasillos en los que las paredes esconden amplias zonas de almacenaje, totalmente camufladas.
Barandillas de cristal dejan pasar la luz sin problemas por pasillos en los que las paredes esconden amplias zonas de almacenaje, totalmente camufladas.
Las piscinas interior y exterior, ubicadas a distintos niveles, quedan conectadas por una ventana longitudinal, a través de la cual, el agua de la piscina exterior proyecta sombras en el interior, donde se encuentra una zona de gimnasio y piscina interior con sauna y vestuario.
Aquí también se utiliza microcemento en diferentes tonalidades. En el exterior de ambas piscinas se destina una zona para tumbonas, delimitada con un pavimento de canto rodado plano.
El microcemento: Un material idóneo para reformas
Aquí también se utiliza microcemento en diferentes tonalidades. En el exterior de ambas piscinas se destina una zona para tumbonas, delimitada con un pavimento de canto rodado plano.
El microcemento: Un material idóneo para reformas
Bella y eficiente. La vivienda se ha diseñado con criterios de sostenibilidad y ha conseguido la certificación energética A. En una de las cubiertas se ubica un sistema de placas de tubos de vacío que, mediante unos acumuladores, calientan el agua sanitaria y de las piscinas. Esta solución se complementa con una bomba de calor que se alimenta mediante un sistema de pozos de geotermia.
Así pues, no solo es una construcción que se adapta al paisaje para embellecerlo, sino también para cuidarlo.
Así pues, no solo es una construcción que se adapta al paisaje para embellecerlo, sino también para cuidarlo.
La vivienda se orienta a levante-poniente para garantizar el aprovechamiento de las corrientes naturales de aire y el sol. La fachada este se protege mediante unos grandes voladizos, mientras que la fachada oeste cuenta con un cerramiento formado por unas lamas motorizadas orientables y regulables, que protegen en verano del sol, permitiendo el paso de las brisas, y en invierno se abren captando el calor del astro rey.
“Otro elemento importante que refuerza la identidad mediterránea de la casa es la vegetación. En el sistema de aterrazado,insertado en una montaña de pinos, dispusimos un conjunto de árboles cítricos característicos del litoral: limoneros, naranjos y mandarinos. En la partet rasera de la casa plantamos olivos y setos de adelfa blanca”, resalta Esteve.
“Otro elemento importante que refuerza la identidad mediterránea de la casa es la vegetación. En el sistema de aterrazado,insertado en una montaña de pinos, dispusimos un conjunto de árboles cítricos característicos del litoral: limoneros, naranjos y mandarinos. En la partet rasera de la casa plantamos olivos y setos de adelfa blanca”, resalta Esteve.
Ramón Esteve explica así cómo surgió el proyecto y quiénes son los dueños de esta casa: “Son amigos míos. Estuvimos varios años visitando parcelas por la zona hasta que encontramos el emplazamiento ideal para el proyecto. Fue un flechazo. El lugar tiene algo especial. Cuando empezamos el proyecto descubrimos que también a Sorolla le llamó la atención, ya que pintó, desde ese mismo sitio, un cuadro titulado Cala Sardinera. Aún en este momento se conserva, delante de la parcela, el banco esculpido en piedra tosca desde dónde se sentó a pintar. La casa surgió con mucha fluidez. Había mucha sintonía entre nosotros. La idea de partida era crear una plataforma desde la cual se amplificase la percepción del mar. Fui trabajando en las cuestiones dimensionales y prácticas hasta que encontré el alma del proyecto. A partir de ahí, cobró vida propia. La casa marcó sus leyes y yo me dediqué a seguirlas. El resultado es una vivienda que genera múltiples espacios donde contemplar el mar, desde cada una de sus estancias interiores o sus espacios exteriores”, resume brevemente Ramón Esteve.
La casa ha recibido el primer premio de los VIII Premios Porcelanosa.